Estos días hemos visto en clase los Agentes de la Acción Cultural que son de tres tipos:
El Sector Público: el Estado, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, los Municipios, Empresas e Instituciones públicas... Tienen como principios básicos dentro de la Acción Cultural la igualdad en el trato entre todos los usuarios del servicio, aunque a veces puede ser una parte de la población que tenga mayor necesidad; tendrán que evitar el elitismo, en el ámbito sociocultural, y el centralismo en la distribución territorial y en los elementos endogámicos de difusión. Deben proporcionar una continuidad espacio-temporal a la prestación de los servicios culturales y ser cambiantes según cambia la sociedad a su alrededor, adaptarse a las necesidades para atraer tanto al público real como al potencial.
Las Entidades sin Animo de Lucro: asociaciones y fundaciones. Las asociaciones no lucrativas son colectivos centrados en el desarrollo de una actividad cultural-artística muy concreta con diferentes objetivos como dinamizar una comunidad (barrio, distrito...), organización y mantenimiento de fiestas populares concretas, recuperación de tradiciones históricas, casas regionales, etc. Las fundaciones son un conjunto de capitales que se reúnen para cumplir un proyecto cultural determinado. Su rentabilidad viene dada por la relación entre la inversión realizada y los gastos económicos, de recursos humanos y espacio-temporales que necesiten. Lo ideal sería que cumplieran con los mismos principios básicos que el sector público.
El Sector Privado: son tanto empresas culturales (compañías de teatro, galerías de arte, productoras...) como empresas no específicamente culturales, que intentan mejorar su imagen ofreciendo estos servicios. Este sector busca el lucrarse de las actividades que proponen.
Lo ideal sería que existiera una coordinación entre estos tres sectores para que desde la cultura hubiera un desarrollo de la población.